Lagunas de Can Morgat
Junto al lago de Banyoles, paisaje emblemático de la Catalunya interior y localización de referencia para los estudiosos de los ambientes húmedos, ha renacido un grupo de lagunas en el plano de Can Morgat. En este espacio, ha devuelto la vida acuática donde tiempo atrás la mano del hombre decidió arrancarla; un paso adelante en la recuperación de un paisaje que goza de una enorme estimación popular.
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Can Morgat se encuentra en el reborde norte de la cuenca del Ebro, al pie de los relieves pirenaicos de la Alta Garrotxa. Esta cuenca se fue llenando de sedimentos durante el Terciario, al tiempo que la orogénesis Alpina iba levantando los Pirineos al norte y la cordillera Prelitoral al sur y sudeste. Los sedimentos del Terciario son, principalmente, margas, areniscas y conglomerados y pueden tener un origen marino o continental. En tiempos más recientes (Neógeno), numerosas fallas normales cortaron los relieves preexistentes, dando lugar a fosas tectónicas y en la costa actual.
Las montañas de la Alta Garrotxa, al norte, recogen unas lluvias bastante abundantes en ese sector. Las aguas, que se infiltran en el acuífero, circulan hacia el sur y la tectónica y la presencia de fracturas en los materiales que conducen estos caudales subterráneos provocan su salida al exterior. Esto ocurre en el río Fluvià, en el valle de San Miguel de Campmajor y al conjunto de los lagos de la cuenca lacustre de Banyoles.
En su recorrido por los acuíferos, las aguas actúan disolvente las calizas y yesos sobre los que descansa toda esta zona. Es así como se provocan hundimientos de la superficie y la súbita creación de los estanques.