Un paisaje cambiante

Mont-rebei es un desfiladero situado en la vertiente sur de los Pirineos. Esta cordillera se formaron durante la orogénesis alpina. Durante más de 50 millones de años los esfuerzos tectónicos fueron levantando esta cordillera, plegando y amontonando grandes unidades rocosas. Una de estas unidades es la del Montsec, donde los materiales mesozoicos solapan por encima de materiales terciarios (más modernos). A grandes rasgos, forma un gran sinclinal y, en su flanco sur, afloran las rocas carbonatadas mesozoicas y al núcleo, las detríticas del Terciario. Estas rocas carbonatadas nos dan la morfología típica del Montsec, que destaca de lejos por sus impresionantes riscos. La incisión de los ríos Noguera Pallaresa y Ribagorçana ha dividido el Montsec en tres (del Estall, de Ares y de Rúbies), formando unos estrechos desfiladeros de dirección norte-sur. Lo más espectacular es el de Mont-rebei, el más occidental, con unas impresionantes paredes de calizas de más de 500m y con anchuras que pueden ser de sólo 20 m.

El paisaje nos muestra cómo las capas de calizas inclinadas hacia el sur, configuran los relieves de los Montsecs, culminados por las cumbres de la Corona y Santa Lis (1.676 m), y que suavemente van descendido hacia el norte hasta el barranco de las juliana. A partir de este punto, las capas son más suaves y de materiales más blandos. El paisaje cambia, ya no es tanto abrupto que las calizas mesozoicas son sustituidas por arcillas, margas y areniscas del Terciario, predominando los colores rojizos y ocres.

En el Montsec, la abundancia de rocas carbonatadas propicia la infiltración del agua, formando numerosas cuevas y simas (llamados gralleres), con surgencias a nivel de los ríos.